“Procedan como hombres verdaderamente libres, obedeciendo a

Dios y no como y no como quienes hacen de la libertad una excusa

para su malicia. Respeten a todo el mundo, amen a sus hermanos,

teman a Dios, honren la Ley”. Palabra de Dios.

San Pedro el primer Papa nos recuerda sencillamente los pilares de la

libertad. La obediencia a Dios, fuente de toda razón y justicia, reza nuestra

constitución. La libertad no es escusa para el mal. Quien elige el mal mas que

libre es esclavo. El amor al prójimo, el mandamiento que nos dejó el Señor

es el verdadero cenit, la cumbre de toda libertad bien entendida y remata lo

que en la historia siempre ha sido una dificultad para los hombres, de lo cual

depende la hondura de la libertad: la honra de la ley, tanto la divina como la

humana.

La ley divina no ha cambiado porque siempre es esencial a la condición

humana ya que la ha promulgado el legislador divino, el que nos hizo. Por lo

tanto amarlo sobre todas las cosas, el santo temor (amor) de Dios es esencial

para la honra de la ley. El adulterio, la mentira, la muerte, que se causa a

otros, el robo, traiciones, el negocio de armas, de drogas, de dineros mal

habidos, aunque abunden y la libertad se utilice como excusa para hacer esos

males, no solo convierte en esclavos a quienes practican esos “mandatos”,

sino que envenenan a la comunidad con sus pecados y esclavitudes. Esta

lucha por la verdadera libertad no la podemos enfrentar sin la ayuda de

aquel que vino a liberarnos de todo ello, nuestro Señor Jesucristo.

Siempre estamos en camino hacia la verdadera libertad, que en el hoy de la

patria revisemos, en el día de la independencia, como nos encuentra esta

hora en forma personal y colectiva en la construcción de una patria libre. Que

la Palabra de Dios, luz para el camino, encuentre en los corazones generosos

de los argentinos una recepción honda y sentida para acomodarnos a la

verdadera libertad: la que todo hombre utiliza solo para hacer el bien.

Nota: el día 9 a las 20,00 hs. Celebraremos la Misa por la Patria y el Te Deum,

dando gracias a Dios por nuestro suelo y nuestra libertad.